Jornada sobre la Reforma de la Ley Concursal, martes 22 de noviembre

Ampliar las posibilidades de que las empresas en dificultades puedan salir adelante es el reto de la Reforma de la Ley Concursal

 

No ha dado tiempo a que la Ley Concursal enrancie. Dos reformas de calado en ocho años la contraponen a otras  de contenido similar, como la de Suspensión de Pagos o la Regulación de Quiebras, que presumieron de longevidad. Es el signo de los tiempos.

Una situación económica complicada, donde se multiplica el volumen de empresas en concurso, precisa de nuevas medidas encaminadas, sobre todo,  a “mejorar el posicionamiento de quienes apuesten para que una empresa en dificultades pueda salir adelante”, explica el magistrado de la Audiencia Provincial, D. Enrique Pinazo.

Para analizar las modificaciones que la última reforma introduce, la Fundación Escuela de Derecho Concursal ha organizado unas jornadas de estudio, celebradas en dos sesiones en días sucesivos. Casi doscientos profesionales granadinos no han dejado escapar la oportunidad de adentrarse en la disección de esos cambios, de la mano de D. Enrique Pinazo.

Según este experto, “la situación económica excepcional que atravesamos hace que ésta sea una reforma necesaria, aunque puede que se den algunas disfunciones”.

En este sentido, apunta varias ventajas que introduce la nueva norma, tales como que “se agiliza el proceso concursal, trata de reducir costes, fomenta la posibilidad de financiación y acelera los plazos”. En el debe aparece que el recorte de plazos “compagina mal con una situación en la que los ajustes presupuestarios han contribuido a que los juzgados mercantiles estén desbordados, con la consiguiente dificultad para dar respuestas rápidas”.

Igualmente, esa necesidad de agilizar tramitaciones “puede llevar aparejada alguna merma de garantías”.